No te rindas
ante el miedo, no abandones este infierno
No dejes el
amor a un lado en los quehaceres cotidianos
No te canses
de este invento, que no hay reglas que nos impidan
Ser como
somos desde adentro
No maltrates la bondad, que por momentos sabe perderte
No deshagas
esa magia, que me eclipsa en la osadía de quererte
No entiendas
las palabras como verdades infinitas
Que la boca
grita rebeldía, y el corazón, a menudo, calla sentimientos
No le
quites al mundo tu sonrisa, ese es tu verdadero ego
Nunca ocultes
ese amor infinito, ese que sólo conocí desde tus ojos
No te rindas
ante el miedo, no abandones este infierno
Porque es
tuyo este amor, entre todo lo que tengo
Porque puedo
cuestionarme la vida entera
Pero jamás
la libertad, de haberte elegido en este juego